Cada día son más las noticias que aparecen sobre el auge que el mercado de las aplicaciones móviles está experimentando. Así mismo, también son muchas las empresas que incorporan las apps móviles a su labor cotidiana, como parte de una estrategia de marketing o como herramienta de gestión y organización interna. Por este motivo, son otras tantas las corporaciones que se plantean estas posibilidades y toman una determinación: “Quiero hacer una aplicación móvil”. Sin embargo, antes de llevar a cabo este proceso, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones que se deben seguir si las compañías quieren que las herramientas que desarrollen sean exitosas y funcionen adecuadamente.
Antes que nada, hay que tener en cuenta un factor fundamental: la plataforma para la que se va a desarrollar una aplicación móvil. No es lo mismo una app móvil para smartphones que una para tablets. Tampoco tiene nada que ver el desarrollo móvil en Android que el desarrollo en iOS. Por tanto, es importante tener claro a qué tipo de terminales se va a orientar el proyecto de aplicación móvil que se pretenda llevar a cabo. En el caso de aplicaciones internas de empresas, este proceso es sencillo, sobre todo si se cuenta con pocos empleados. Basta con preguntarles directamente qué sistema operativo utilizan. Si la compañía cuenta con los suficientes recursos económicos, incluso se pueden adquirir terminales homogéneos que agilicen el proceso.
Sin embargo, en el momento de desarrollar un proyecto de aplicación móvil para un público en general, este factor se convierte en un inconveniente. Será necesario atender a los diferentes estudios sobre marketing móvil para conocer las tendencias del mercado o las preferencias que el público objetivo en cuestión tenga con respecto a las tecnologías móviles. Sólo así se conseguirá que la aplicación llegue de manera efectiva a la audiencia esperada.
Independientemente de los objetivos que tenga que cumplir la herramienta desarrollada, ésta debe contar con dos características fundamentales: sencillez y utilidad. Por ejemplo, si lo que se quiere es una aplicación para la monitorización de las tareas que cada empleado lleva a cabo, ésta debe incluir un buen gestor de trabajos, la posibilidad de subir documentos y una opción de chat para una comunicación directa e instantánea. Posiblemente, no necesite las características de geolocalización del dispositivo móvil o hacer uso de la cámara del terminal. En definitiva, hay que ofrecer en la aplicación lo que sus futuros usuarios esperan de ella, sin añadir opciones que no vayan a utilizar. De esta manera, se optimizará su funcionamiento y, sobre todo, brillará por su sencillez, sin abrumar con opciones superfluas.
Aunque las aplicaciones deben ser fáciles de utilizar, no está de más que se aprovechen las características y las posibilidades que ofrecen los smartphones. Evidentemente, un gestor interno de tareas no necesita hacer uso de la cámara de un smartphone. Pero probablemente una aplicación promocional, que premie las imágenes más graciosas o más bonitas que los clientes puedan subir, sí que necesita los servicios que la cámara del dispositivo puede prestar. Por este motivo, y siempre que esté enmarcado dentro del ámbito de la utilidad, a las empresas no debe darles miedo trabajar con todas las funcionalidades que un teléfono inteligente o una tablet pone a su disposición.
Finalmente, hay que tener muy en cuenta la opinión que los usuarios puedan tener de la aplicación. Es muy importante, para ello, incluir formularios de valoración que puedan ser remitidos a los responsables con el fin de conocer qué sensaciones despierta la herramienta y aprovechar estos feedbacks para mejorar la aplicación móvil. Así mismo, los markets de los diferentes sistemas operativos móviles también permiten que los usuarios escriban comentarios y añadan valoraciones sobre los programas, por lo que conviene tenerlos en cuenta.
Este aspecto también puede aplicase a las herramientas internas que las empresas puedan integrar para la coordinación de su actividad. Siempre ha sido importante que las compañías tengan en cuenta la opinión de sus empleados acerca de diversos aspectos que puedan afectar a la producción. Por este motivo, conocer los que los trabajadores piensan de la aplicación móvil que ellos mismos utilizan puede ser de gran ayuda para implementar mejoras en futuras versiones de la misma.
A la hora de transformar todas estas cuestiones en una buena herramienta es necesario dar con un buen desarrollador de aplicaciones móviles que lleve a cabo esta tarea. Generalmente, las empresas que no se engloban en el mercado de las tecnologías móviles no suelen contar con desarrolladores de apps móviles en nómina, por lo que tienden a la externalización este tipo de servicios. Sin embargo, encontrar al profesional adecuado para llevar a cabo este trabajo no es tan sencillo como publicar una oferta de trabajo en internet o en una agencia especializada, o introducir en Google “busco alguien que sepa hacer una aplicación móvil”
Por este motivo, en Yeeply queremos reunir a una amplia comunidad de expertos para que aquellos que lo necesiten –ya sean empresas o particulares- puedan hallar al desarrollador freelance adecuado. Basta con registrarse en nuestra página web, subir el proyecto que se desee llevar a cabo y seleccionar al profesional freelance más interesante, en base al currículum y al portafolio de aplicaciones con el que cuente cada desarrollador. En Yeeply queremos poner en contacto a todos aquellos profesionales que quieran participar con éxito en el mundo mobile.